El café forma parte de nuestra cultura. Es una de las tres bebidas más consumidas en el mundo. Es el ritual de la mañana, el compañero en largas jornadas laborales, la excusa para compartir con amigos, o la sobremesa después de una deliciosa comida en familia. Podés pedir un clásico cortado, un americano, un expreso, una lágrima o, atreverte a tomar un cold brew en una tarde de verano. Las opciones son infinitas y su versatilidad es tal que lo hace maridar tanto con una torta de manzana, con un chocolate amargo o unos nutritivos frutos secos.
Sin embargo, los entendidos dicen que no todos los cafés son iguales y, si nos referimos al café de especialidad, estamos hablando de palabras mayores. Pero, de qué se trata esto?
Para empezar, hay que saber que no es solamente un café con personalidad, sino un producto que combina calidad, un inolvidable sabor, un delicioso aroma y la impronta de lo artesanal.
Mucho se habla en este último tiempo del café de especialidad. Se promociona en distintos bares, principalmente porteños, y se destaca su superioridad pero, ¿a qué nos referimos realmente?
Definiciones.
Por un lado, la definición avalada por la Specialty Coffee Association (SCA), es que el café de especialidad
es de tipo Arábica con una puntuación en taza superior a 85 puntos, en una escala sobre 100, otorgada por un catador autorizado.
Es decir que, hay un proceso de certificación “oficial” que determina cuál café es de especialidad y cuál no.
Por otro lado, en relación a su producción, es importante tener en cuenta la plantación, la recolección, la selección, el control de calidad, el tueste y el barista como último eslabón de esta larga cadena que tiene como fin, desplegar todo el potencial de esta bebida.
En síntesis, con un trabajo detallista y artesanal, se hace honor a la planta de café para maximizar la experiencia sensorial del consumidor.
Diferencias con el café notable.
Últimamente, este concepto está tomando tanta relevancia como el de café notable (conocelos aquí), ese universo que se refiere a “los bares que forman parte del patrimonio cultural de la ciudad, ya sea por su arquitectura, su tradición cultural y/o haber sido la cuna y lugar de encuentro de artistas y personajes políticos“, donde podrás tomarte un rico aunque tradicional cortado mientras disfrutás de su aire pintoresco y urbano.
En Sin Filtro: un podcast de café, dos mujeres vinculadas a la industria y apasionadas por el café, hacen un recorrido por las diferentes temáticas relacionadas. En su primer episodio, una de ellas trae la frase que da título a esta nota: “la historia detrás de la taza”, haciendo referencia a los productores, cosechadores, tostadores, como así también, baristas y catadores. Y a una población que no para de crecer, clientes cada vez más exigentes, dispuestos a saborear lo mejor.
No hay una historia única, no hay una sola manera de hacer las cosas. Y en cada taza caliente de café que llega a nuestras manos, hay todo un pasado.
José Sojo, tostador de café de especialidad de Bariloche, en una entrevista realizada por Manifiesto Cafetero, comentó que iniciarse en el “café de especialidad” es un camino de ida, que se puede disfrutar paso a paso.
Te invito a que busques algún buen café de especialidad cerca de tu casa (visitá nuestro directorio aquí). Capaz todavía no lo conozcas pero es muy probable que haya uno. Pedite un flat-white y después me contás ☕😊